Las sesiones Newborn o de recién nacido en castellano, son las que, como su propio nombre indica, se hacen en los primeros días de vida del bebé, cuando el pequeño pasa la mayor parte del tiempo dormidito, es más fácil manejarlo y aún no han aparecido ciertos problemillas como erupciones cutáneas, cólicos, etc.
Sobre cuando es el momento idóneo para hacer una sesión newborn hay distintas opiniones, pero nada como la experiencia propia de cada fotógrafo para saberlo. Personalmente, Belén y yo preferimos hacerlas antes de los primeros 10 días, pero la realidad es que hay ocasiones en que las mamás no pueden venir antes, por las complicaciones que a veces ocurren en este proceso natural que es dar a luz, y acabamos haciendo sesiones newborn con 15 o 20 días. La cuestión importante es que, conforme pasa el tiempo, es más difícil hacer las fotos con el bebé dormidito.
Otro asunto muy importante es el de las poses. Hay algunas que, según algunos expertos médicos, no son muy aconsejables y que nosotros rechazamos realizar. Preferimos poses más naturales con el bebé boca abajo, de lado o boca arriba. Precisamente, una de las ventajas de fotografiar recién nacidos es que, una vez dormiditos, aún estando boca arriba se les puede colocar brazitos y piernas, cosa que más adelante será casi imposible, pues tenderán a estirarlas constantemente aunque estén profundamente dormidos.
Para algun@s la fotografía newborn parece una competición de a ver quien hace la pose más difícil. Para nosotros se reduce a poner en práctica lo que entendemos que debe ser la fotografía: plasmar en imágenes la etapa más tierna e irrepetible de tu bebé para que puedas recordarlo toda la vida. Porque la fotografía se convierte en recuerdos con el paso del tiempo. Y eso es lo que pretendemos Belén y yo, crear vuestros recuerdos del futuro.